Reflexión

Diría mi mamá, no hay plazo que no se cumpla y fecha que no se llegue. Y así como empezó ya llegó su fin. Fue un trayecto muy largo y había veces que fue tenebroso pero, aquí estuvimos. Me dio gusto haber escuchado a mis paisanos hablar de sus dificultades y como han podido supéralas. Me dio más que nada un aliento de esperanza. Ahora que ya esté terminado todo espero en mi misma que no deje desmayar este sueño que tengo en ayudar a mi comunidad inmigrante. Este proyecto me dio un sentido de que tan grande es la necesidad de un gran cambio. Tal vez no lo pueda hacer yo, sola, pero, si lo podría empezar.

Que Dios me los bendiga.